Los promotores de eventos de cumbia como Agustín Távara (Los Villacorta y Yobanna Hanco), Lalo Capuñay (directivo de Radio La Karibeña), Walter Lozada (Armonía 10) y Panchito Farroñay (Cantaritos de Oro) se mostraron en contra y descartaron que ello sea la solución para reducir la criminalidad en la ciudad.
Perjudica. "La Ley Zanahoria perjudica a los empresarios, orquestas y hasta a las empresas cerveceras. Además la gente va a un show a las once de la noche y si se cierran temprano los locales habrá millonarias pérdidas. Antes de ponerse en práctica la alcaldesa debe hacer un plan piloto para que se llegue a un buen acuerdo", indicó Farroñay, también administrador del popular local El Huaralino de Los Olivos.
Arrocha. "Va a suceder lo mismo que en Iquitos, donde ya existe esta ley pero la gente se amanece tomando. Para detener la delincuencia debe haber un plan de contingencia, más que cerrar locales. La alcaldesa debe darse cuenta que perjudicaría a más de 800 personas, pues gracias a los eventos de cumbia se genera trabajo", indicó Capuñay.
Da chamba. "Del espectáculo depende un montón de gente. Para mí trabajan cerca de 35 personas que tienen familia, prácticamente dependen de mí 200 a 300 personas... Antes de preocuparse en cerrar locales la alcaldesa debe mandar a la Policía a patrullar las calles. ¿Acaso en los shows de cumbia matan gente? Eso es mentira. Los asaltos son en los bancos, en las calles están los choros. La alcaldesa debe pararse en los bancos para que se dé cuenta", refirió Lozada.
Hace el pare. "Los índices de delincuencia no se deben por los bailes y las discotecas. Me parece una medida muy populista porque lo único que haría es perjudicar la industria de la cumbia. Un show genera cerca de 200 puestos de trabajo por día, es todo un círculo y la alcaldesa está atentando contra la fuente de trabajo de muchas personas", aseveró Távara.
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