domingo, 23 de enero de 2011

Federer y Djokovic, a 4os. de Australia

MELBOURNE -- El suizo Roger Federer, número 2 del mundo, le ganó al español Tommy Robredo por 6-3, 3-6, 6-3 y 6-2 y se clasificó para los cuartos del final del Abierto de Australia.

Roger Federer - Federer sacó a Robredo en cuatro sets
 El suizo jugó con la solidez habitual y sólo le dio chances a Robredo, merced a algunos errores no forzados, en el segundo parcial.


El adversario de Federer en cuartos de final saldrá del partido que dispuarán en último turno el estadounidense Andy Roddick (8) y el suizo Stanislas Wawrinka, compatriota y amigo de Roger.

GANÓ NOLE
El serbio Novak Djokovic (3) le ganó al español Nicolas Almagro (14) por 6-3, 6-4 y 6-0 y pasó a los cuartos de final del Abierto de Australia que se disputa en Melbourne.

Novak Djokovic - Djokovic le ganó a Almagro y sigue adelante


Djokovic fue contundente. Tardó una hora y 44 minutos en tumbar al español, que nunca pudo cuestionar el servicio de su adversario y que siempre fue a contracorriente en el marcador.

La cuarta ronda del primer Grand Slam de la temporada es una barrera infranqueable para Almagro, que nunca ha podido superar. En esta ocasión, a pesar del buen nivel que evidenció en los choques anteriores, contra el francés Stephane Robert (6-4, 6-3, 6-7 y 7-5), el ruso Igor Andreev (7-5, 2-6, 4-6, 7-6 y 7-5) y el croata Ivan Ljubicic (6-4, 7-6 y 6-3), cayó ante un reputado rival, años atrás campeón en el Melbourne Park.

El rival de Djokovic en los cuartos será el checo Tomas Berdych (6), quien venció a al español Fernando Verdasco (9) por 6-4, 6-2 y 6-3.

El tenista madrileño, de 27 años y noveno del mundo, ofreció una de esas versiones en las que, invadido por la inestabilidad sobre la pista, divide el gasto de energía entre la lucha consigo mismo y con el rival.

Tomas Berdych, con el que había jugado en diez ocasiones, no aguardaba una batalla tan clara. Sobre todo al inicio, cuando el madrileño quebró, por primera y única vez el saque del centroeuropeo. Es el checo un tenista que ha madurado. Que a sus virtudes, evidentes, añade ahora la ambición por atravesar las expectativas.

Se vio en el pasado Wimbledon, donde Berdych llegó a la final, que perdió contra el español Rafael Nadal. Pero empieza a ser un hombre a tener en cuenta en todas las grandes citas.

Desde que el checo enmendó la pérdida de su saque todo fue coser y cantar para él. Fue a más. Y rentabilizó la desorientación del madrileño, incómodo, impreciso, que reclamó en varias ocasiones la asistencia del médico de pista para ser atendido en el tobillo.

Berdych crece en el circuito. En el Abierto de Australia ya ha superado la barrera de octavos, su techo hasta ahora en el primer Grand Slam de la temporada, donde le espera ahora el serbio Novak Djokovic.

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