Las relaciones entre las dos mayores economías asiáticas se deterioraron en septiembre, cuando Japón detuvo a un capitán chino cuyo barco pesquero había chocado contra embarcaciones de control japonesas en un sector del Mar del Este de China reclamado por ambos países.
El capitán luego fue liberado y enviado a su hogar, pero las tensiones se han agravado, generando preocupación por la estabilidad de los lazos comerciales.
El primer ministro japonés, Naoto Kan, quien ha recibido críticas internas por su manejo de la disputa, intentó acallar la pelea la semana pasada con una reunión junto al presidente chino Hu Jintao en el margen de una cumbre regional.
Pero Yoshito Sengoku, destacado portavoz del Gobierno japonés, dijo que el país asistirá a la ceremonia del Nobel el 10 de diciembre en Oslo, pese a un pedido de China de no concurrir al evento.
"He escuchado del Ministerio de Relaciones Exteriores que ha enviado una notificación diciendo que nuestro embajador en Noruega asistirá a la ceremonia del Premio Nobel de la Paz", indicó Sengoku en una conferencia de prensa.
Kan, quien asumió hace cinco meses, ha sido muy criticado en Japón por aparentemente ceder a las demandas de Pekín cuando liberó al capitán chino. El apoyo a su Gobierno ha caído por debajo del 30 por ciento, lo que complica sus intentos de aprobar leyes en el Parlamento.
Otros países europeos también tienen previsto concurrir a la ceremonia del Nobel, rechazando los pedidos de China de boicotear el evento.
Liu cumple una condena de prisión de 11 años por cargos de subversión por su defensa de la democracia y su reclamo de poner fin al monopolio del poder del Partido Comunista.
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