Guillermo, hijo del heredero al trono príncipe Carlos y de la fallecida princesa Diana, anunció la semana pasada su compromiso con su prometida Middleton, después de un noviazgo de casi una década.
"Sabemos que el mundo estará atento al 29 de abril y la pareja está muy, muy entusiasmada con que el espectáculo sea un clásico ejemplo de lo que hace mejor Gran Bretaña", dijo a periodistas Jamie Lowther-Pinkerton, secretario privado del príncipe Guillermo.
La Abadía de Westminster fue elegida como el lugar para la boda por su histórica asociación con la familia real, explicó. Allí se casó la Reina Isabel y se realizó el funeral de la madre de Guillermo, Diana, luego de su muerte en 1997.
Investigadores minoristas estimaron que la boda podría generar un impulso de 1.000 millones de dólares a la economía británica, pero Lowther-Pinkerton dijo que la pareja estaba muy consciente del momento de austeridad que enfrentan muchos británicos luego de que el Gobierno de coalición anunciara recortes masivos del gasto.
"El príncipe Guillermo y la señorita Middleton quieren asegurarse de que exista un balance entre un día inolvidable y la actual situación económica", señaló.
"Con ese fin, la familia real y la familia Middleton pagarán la boda", agregó.
Un colaborador real explicó que eso significa que la familia monárquica y los Middleton pagarán la ceremonia, la recepción y la luna de miel, mientras que otros costos, como la presencia de seguridad, serán financiados por los contribuyentes.
Los novios, ambos de 28 años, siempre quisieron casarse en primavera y la ceremonia será un viernes, agregó.
El primer ministro, David Cameron, anunció que ese día será feriado nacional.
"La boda de Kate y Guillermo será una ocasión feliz y memorable", dijo. "Queremos que sea un día de celebración nacional, un feriado público garantizará que la mayoría de la gente tenga la oportunidad de festejarlo", agregó.
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